martes, 19 de marzo de 2013

Además, estos animales poseen grandes escamas debajo del ángulo posterior de la mandíbula y una lengua corta y gruesa con numerosas muescas. Sus fuertes patas le permiten trepar por los troncos más difíciles y su cola tiene la capacidad de regenerarse. Pueden utilizarla como arma defensiva, a modo de látigo, para atacar a sus adversarios.

Una dieta adecuada

La salud de una iguana depende principalmente de una correcta alimentación. Su dieta ha de ser muy variada y rica en vitaminas y proteínas. Es imprescindible que la comida sea cortada en pequeños trozos antes de ofrecérsela, puesto que así se facilitará su digestión. En cuanto a la temperatura, debe estar templada.

Las iguanas son animales herbívoros, por lo tanto hay que evitar darles de comer alimentos de origen animal. Además, existen ciertos vegetales que no tienen que ingerir como espinacas, apio, coliflor o brócoli. Se trata de verduras con altos contenidos en ácido oxálico que no puede ser metabolizado por el lagarto. También resulta nociva la tanina, contenida en zanahorias, plátanos, uva, lechuga, ruibarbos o cebollas. Pero ante todo, hay que procurar que la iguana no coma lechuga porque, además de que no aporta vitaminas, proteínas, calcio ni fósforo, le quita el apetito

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